A veces, como hoy, olvido que él sigue siendo él y yo sigo siendo yo.
A veces me olvido de eso.
A veces me olvido de que por mucho de que él este mejor de que por mucho que quiera ser mejor sigue siendo él.
A veces me olvido de eso.
Sigo olvidándome de que, aunque deberíamos ser una de sus prioridades, no hace nada por doblegar al tiempo y al espacio para nosotros pero sí para otra. Aunque reconozco que lo necesita, que necesita a otra que le haga salir de la rutina, del camino de siempre.
Reconozco, y esto me duele hacerlo, que él tiene razón, lo último que tenemos que hacer es forzarnos a hacer cosas que, de momento, no deberíamos hacer. Tiene razón.
Pero, a veces, eso también se me olvida.
Y me cuesta mucho recordar que él también siente y padece por mucha publicidad que le guste hacer de lo contrario.
A veces me olvido de eso.
Tenía sumamente enterrado en mi memoria lo que era llorar por él. Por eso ha dolido tanto volver a sentirlas correr por mi rostro.A veces me olvido de todo esto.
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