Parches de Nicotina Emocional

Por lo menos me he dado cuenta.
Parece que el 2012 es el año de las revelaciones, claro, como se acaba el mundo…
Son parches, parches de nicotina emocional que sólo me hacen más mal que bien.
Que no me sirven para nada bueno.
Quiero, necesito y creo que me merezco un hombre que me quiera que, simplemente, quiera estar conmigo, que me merezca.
Y, como no tengo nada de esto, me voy poniendo parches, parches de mierda que me dan una dosis que me consuela en el ese momento, que me quitan la ansiedad, pero que no tratan mi “problema”, que tampoco es un problema, simplemente es una carencia.
Es así de sencillo, parches de nicotina emocional. Mini dosis de novio, de pareja, de mimos amorosos que no son reales.
Es mejor que la cama esté fría que caliente por un peso muerto.
Es mejor ver las exposiciones sola que sentir una soledad inmensa cuando él se va.
Es mejor, quizás no es mejor, pero es menos doloroso, no, tampoco, es menos dañino. Menos… crónico.
Si no, los sentimientos se enquistan, se engarzan a la piel y es imposible separarlos, ni con parches, ni con bisturís, ni de ninguna manera.
Ayer, por fin, me planté un poco. Entiendo que él es mi debilidad y, aunque no quiera reconocerlo, es posible que lo sea toda la vida; pero el otro no, el otro no tiene derecho. Le he dado unos privilegios que no se merece.
Se acabaron los parches de nicotina porque, además, yo no he fumado en la vida.

Nos

La soledad del yo, mi, me, conmigo, hace que ansíe un nos que no es real. Un nos que hace más daño que otra cosa.
Es muy duro dejar una adicción pero no tenerlo es mucho más doloroso.

Hacía mucho tiempo que no me pasaba.
Supongo que había conseguido crear mis tácticas para no pensar así en él. Igual que el verano de las proteínas SOLO PROTEÍNAS SOLO PROTEÍNAS!! Pues con él había hecho algo parecido.
Pero he bajado la guardia, se me ha olvidado repetir mis mantra sin cesar NO TIENE BOLSILLOS NO TIENE BOLSILLOS. ¿cuánto tiempo bajé la guardia? Puede ser que unos días, quizás un par de semanas, y de repente meses de trabajo mental tirados por el suelo por una peli, una comida y un buen paseo.
Y por el “nos”, ese es mi némesis el jodido, puto y dañino “nos”.
Así que volveré a ser un maestro Zen y repetir una y otra y otra y otra vez, hasta que me harte o me lo crea, NO TIENE BOLSILLOS NO TIENE BOLSILLO y, aunque los tuviera, no querría estar conmigo.

Listas

Supongo que alguien la escribirá.
Alguien, no sé quién,
ni sé muy bien cómo,
llevará la cuenta de los hombres que, en un futuro incierto,
me recordarán y suspirarán pensando en lo que podríamos haber tenido.
Y, en otra columna de la misma lista
versará sobre todos aquellos que
me recordarán y no podrán evitar encenderse.

Pues no, nunca seré como ellos ni quiero serlo.
He empezado a jugar en su campo, un campo que en realidad ni me gusta ni quiero, no me sineto cómoda en él porque yo no soy como ellos, ni ella tampoco; por eso me quiere, por eso me entiende.
Pero estoy harta, cansada, asqueada de sentir que me miran distintos que me sienten diferente. ¿Que me separa de ellos? dos años de insulsa carrera y miles de euros.
Pero es que yo no quiero ser así, no quiero tener que ver con ellos, no quiero estar en su campo de juego ridículo e insípido. Porque eso son : ridiculos e insípidos.

Papel

Hace ya mucho tiempo de muchas cosas,
El serrín ya no va conmigo,
Hubo un tiempo en que sí, que lo pisaba tranquila y casi era agradable porque impedía que acabara en el suelo.
Pero ahora prefiero caerme,
Prefiero vivir con la vehemencia de los años y acabar riendo en el suelo.
Mi papel ha cambiado,
Se transformó hace años cuando dejé de subirme a las mesas
Para ponerme enfrente de ellas;
Es mi guión en el reparto,
La obra de mi vida,
Pero me cansó de él, igual que me canso de todo,
Y mi papel cada día es más… difícil,
Y lo peor es
Que creo que ya no sé cuando dejar de interpretarlo.

El día de la marmota

Y llega un momento, así de repente, en que te das cuenta de que en realidad todos tienen los mismo problemas, todos vivimos en el nuestro día de la marmota personal , todos nos encerramos en un jodido círculo del que, en casi todas las ocasiones, nos es casi imposible salir. La endogamia no solo existe en ti. De esto te das cuenta de repente, algo tan obvio que ha estado delante de ti durante mucho tiempo, no se muy bien por qué ni tampoco sé cómo, pero así sin más, lo ves, claro, nítido, cristalino.
Así que en realidad todos vivimos la misma mierda, una y otra vez, atrapados en el tiempo de un bronca interminable, de una relación interminable, de un dolor eterno.
Y todo esto, ¿qué implica? ¿Qué no tiene solución? ¿Qué siempre será así? ¿Qué da igual en que círculo caigas porque acabarás en otro día infinito?
Pues no. Me niego a pensar algo semejante.  Porque ayer un pequeño gesto hizo que cambiaran las tornas, algo más que ligeramente. Así que se acabaron los días de la marmota en mi vida.
Ni uno solo más.