Y llega un momento, así de repente, en que te das cuenta de que en realidad todos tienen los mismo problemas, todos vivimos en el nuestro día de la marmota personal , todos nos encerramos en un jodido círculo del que, en casi todas las ocasiones, nos es casi imposible salir. La endogamia no solo existe en ti. De esto te das cuenta de repente, algo tan obvio que ha estado delante de ti durante mucho tiempo, no se muy bien por qué ni tampoco sé cómo, pero así sin más, lo ves, claro, nítido, cristalino.
Así que en realidad todos vivimos la misma mierda, una y otra vez, atrapados en el tiempo de un bronca interminable, de una relación interminable, de un dolor eterno.
Y todo esto, ¿qué implica? ¿Qué no tiene solución? ¿Qué siempre será así? ¿Qué da igual en que círculo caigas porque acabarás en otro día infinito?
Pues no. Me niego a pensar algo semejante. Porque ayer un pequeño gesto hizo que cambiaran las tornas, algo más que ligeramente. Así que se acabaron los días de la marmota en mi vida.
Ni uno solo más.
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