Agárrame con fuerza,
clávame los dedos en mi cama,
márcame
que quede constancia táctil de que he sido tuya.
Camina por mis ingles.
Paséate por mis sendas.
Piérdete en mi monte perdido.
Húndete en mi grupa.
Pero no te olvides de marcarme.
Muerde mis pechos.
Abofetea mis muslos.
Retumba en mis oídos con tus jadeos.
Apriétame fuerte.
Córtame la respiración.
Impídeme moverme.
Pero permite partir,
partirme en dos mitades perfectas
y comenzar un vuelo que,
al menos últimamente,
solo emprendo contigo.
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