No concibo ni concebiré tener un amante para discutir. Se supone que con un amante gozas, disfrutas, das y recibes un placer básico, incluso primitivo, pero no discutes ni escuchas gritos y blasfemias insulsas y sin sentido.
Para eso no tengo un amante yo.
Simple y llánamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario