..--.---.....-.-.-

Fue mi cumpleaños y no se acordó, por increíble que nos pareció a todos no se acordó. De hecho me vio y no se acordó, se lo tuvo que recordar un falso apretón de orejas. ´¿Qué penoso no?
Y antes de ayer mi sobrina, con su dulce sinceridad, me preguntó que por qué no tengo novio.
Ojalá tuviera la respuesta a eso.
A mi lo que realmente me asusta es no poder controlar, no mis actos, sino las repercusiones de ellos en mí. Vivo en estéreo. Estoy amplificada. Y eso me agota, me cansa, me frustra y me quema por dentro. Soy consciente de que no puedo controlar lo que pasa a mi alrededor, será culpa del libre albedrío, pero debería ser capaz de sonreír lo que quiero y de llorar lo necesario.
Ya no controlo ni mis sonrisas ni, mucho menos, mis lágrimas.
Es que es verdad, yo también correría 1000 kilómetros detrás de unos brazos abiertos de par en par, pero tampoco me conformaría con los brazos de cualquiera, ¿o sí?
¿Y si vuelve a pasarme lo mismo? Y si vuelvo a caer en los primeros brazos abiertos que encuentre, sólo porque están abiertos, no quiero vivir eso otra vez.
No se puede discutir con alguien cuando tiene razón, sólo espero que sea un pelín objetiva porque me porto bien en mi casa.
Aunque sólo fuera por pena, no estaría mal que me trajera algún placer.
Dios, que cansada estoy.
Joder, creo que nunca he visto a Demi Moore tan fea como en acoso, por mucho que digan.
Mañana será una tarde de domingo rara, de perdidos y de mimos de mi mamá que los necesito.
Tranquipastillas??? Pues si puedo evitarlas las evitaré obviamente.
Además no necesito tranquilizarme lo que quiero es la no-ansiedad. O la menos-ansiedad.
O la ansiedad-en-su-justa-medida.
Joder, que caos.