Yo quiero caminar ciega porque sé que él mira.
Pero él no mira, y yo, que soy un estúpida, camino ciega, por eso me paso el día dándome golpes.
Y aún así, no me puedo quejar, porque gracias a mis estrellas no me doy todas las hostias que me daría si ellas no estuvieran.
Caminaré ciega, aunque tú no mires.
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