Lo contrario del amor

Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia.
Yo la he alcanzado, por fin.
Ya no quedan lágrimas, leo por curiosidad mal sana y morbosa lo reconozco. Leo el guión de una película mala montada y editada en la cabeza de un egolátra narcisista. Palabras usadas que me son demasiado familiares. Y ya, por fin insisto, no siento nada.
Menos mal.
Ya era hora.
Mi entrada 100 es una adios.
Ya no quedan lágrimas, ni después de esa canción, ahora se a ciencia cierta que ya no hay más lágrimas con su nombre tatuado. Ya no hay más.
Por fín respiro tranquila.
Fuera carbónico, estaba ya saturada de él.
Dentro aire nuevo.
Me encanta el aire.
Vivo en la ciudad del aire.
Me siento mucho mejor de lo que me podía imaginar.
La indiferencia está a un suspiro de distancia.